viernes, 29 de marzo de 2013

La noche de los feos





                                                                                                     
Luego me levanté y descorrí la cortina doble, mire su silueta acostada en mi cama, fue cuando me di cuenta que la belleza va  más lejos que la superficialidad de la apariencia  de repente mi mirada fue directamente al espejo llegando a la asquerosa marca, al sentir esa fea zona lisa recordé todas las miradas de odio, todos y cada uno de los susurros que escuchaba al pasar. Con tantos pensamientos retumbando en mi cabeza, Salí a dar un paseo, necesitaba comprender porque  su mirada  había sido diferente.
En ese momento ella despertó notando que nuevamente se encontraba sola, pensando que la yo no había visto lo maravillosa mujer que era sus lágrimas corriendo por su rostro y su corazón tan frio como el hielo tomo un trozo de papel que había en la mesa junto a  la cama escribiendo que me olvidara de ella que yo había sido como todos los demás, se marchó con la intensión de nunca regresar.
Cuando caminaba por parque y sus miradas se dirigían hacia mí sentía más y más  odio, pero me algo me detenía, no sabía que era cuando a mi mente llego el recuerdo de la dulce mirada de esa mujer hay entendí que era la persona con la que quería pasar el resto de la vida, tome una flor que había en césped y Salí corriendo queriéndola tomar en mis brazos y diciendo al oído que era con quien quería pasar toda la vida.
Pero cuando llegue a aquel sitio nuevamente se encontraba solitario, salí a buscarla  pero no la encontré en aquel momento recordé que nunca le  había preguntado su nombre para buscarla en Facebook, ni cuál era su número de teléfono.
Desde entonces recorro todas las tardes los fríos pasillos del cine donde la conocí esperando encontrarla.

Escrito por:

Johanna Patricia Huertas
Comunicación social.

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